Hasta el 1 de mayo la exhibición titulada Entre géneros y mundos. Dr. Favez (1791-1856): Lausana Baracoa Nueva Orleans, recrea varios momentos de la vida de la médico.
Ella fue acusada en Cuba en 1823 por ejercer su profesión, casarse con una mujer y vivir las prerrogativas de un hombre, explicó a Prensa Latina el historiador cubano Julio César González-Pagés.
Autor del libro Por andar vestida de hombre y fundador de la Red Iberoamericana y Africana de Masculinidades (RIAM), el escritor abrió las puertas a la vida de Favez en la década de 1990.
Desde entonces propició la amplia representación de su trayectoria en el cine, teatro, música y artes visuales, como la escultura en tamaño real creada por José Villa Soberón y sus réplicas.
El proyecto de exposición reúne una selección de imágenes y documentos dispuestos en 16 carteles.
Cuenta con el respaldo de la Agencia Suiza para el Desarrollo y la Cooperación, el Museo Cantonal de Arqueología e Historia, la embajada deCuba en la nación helvética y su consejero de asuntos políticos, económicos y culturales, Lorenzo Suárez, y la curadora Neida Peñalver.
La propuesta, insertada en el programa de acciones que se desarrollan en la urbe para conmemorar su historia, se presenta con el reto de lograr retratar las vivencias de una persona que, en el siglo XIX , afirmó una identidad de género diferente a la que le fue asignada al nacer”, señalan las palabras introductorias de la iniciativa.
Aunque fue bautizada como Henriette, Enrique Favez asumió una identidad masculina a los 18 años para estudiar medicina, se unió al ejército napoleónico y radicó como cirujano en la Cuba, donde contrajo nupcias con Juana de León, hasta que su carrera dio un vuelco por un juicio que lo condenó «por vestir como un hombre».
Sus últimos años transcurrieron en Nueva Orleans, Estados Unidos, donde vivió en un convento como la Hermana Magdalena y ofreció servicios de salud a los pobres, para luego ejercer como misionera en México.
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