Bajo el título Favez, la muestra surgió del ingenio de los artistas Liliana Lam y Alberto Corona, quienes recientemente llevaron al teatro de la isla una obra homónima, basada en el libro Por andar vestida de hombre, del historiador Julio César González.
La exhibición toma por escenario la centenaria institución, la cual atesora en su Sala Cubana el original del periódico La Administración que en 1860 publicó el juicio contra Favez en varios fragmentos, con el título de Causa Célebre, detalló González en su perfil de la red social Facebook.
Asimismo, apuntó que las fotografías llevan el sello del artista del lente William Oceguera y la curadora Shirley Moreira, en tanto la exposición contó con el respaldo de la Cooperación Suiza en Cuba, el Centro Félix Varela, la Red Iberoamericana y Africana de Masculinidades y Argos Teatro.
Casada a los 15 años, viuda poco tiempo después, con una hija que murió a los días de nacida, Favez cambió sus ropas y usurpó el rango del esposo para estudiar Medicina en París.
Además, estuvo al servicio de las tropas napoleónicas como cirujano antes de arribar a la mayor de las Antillas.
En la nación caribeña retó todas las leyes establecidas para las mujeres de su tiempo, al tener que travestirse para poder ejercer como médico.
También rompió barreras raciales al prestar servicios a personas negras y se casó con otra mujer: Juana de León, lo cual provocó indignación en la sociedad católica burguesa que la envió a prisión.
Sus últimos años transcurrieron en Nueva Orleans, Estados Unidos, donde vivió en un convento como la Hermana Magdalena y ofreció servicios de salud a los pobres, para luego ejercer como misionera en México.
Dos siglos después de esos sucesos, varios creadores se acercan a su vida, como Fernando Pérez y Laura Cazador con la película Insumisas; Rolando Almirante con el documental Enriqueta y Adela; Tanya con la canción Libertad disfrazada; Tony Díaz con la obra teatral Escándalo en la trapa; y José Villa Soberón con una escultura.
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