En 2021 la guerra entre las autoridades malienses y los grupos armados islamistas dejó un balance de 600 muertes, según el conteo de la Misión Multidimensional Integrada de Estabilización de la ONU en Malí, difundido en marzo pasado.
Desde 2017 sucesivos gobiernos y ahora una junta militar tratan sin éxito de contener y liquidar a grupos armados islamistas expulsados de esta ciudad, la capital del país, con el apoyo de tropas francesas, que semanas atrás anunciaron su retirada en medio de acusaciones de apoyo embozado a los insurgentes.
La inmensa mayoría de los desplazados, que también huyen del hambre provocada por una inclemente sequía, buscan refugio en la vecina Níger, donde la situación asimismo es precaria por la misma causa, reseña el informe de OCHA.
El anuncio de la retirada de Malí de las tropas galas desató una guerra verbal entre los gobiernos de ambos países.
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