El sorteo ayer en Doha dejó dos conclusiones a priori: no hay un grupo de la muerte como tal y España, pese a compartir la llave E con Alemania, se siente a gusto y cree que podrá disputar el ansiado trofeo de la FIFA.
Todo es relativo, porque bien mirado dos series parecen las más parejas, la F de Bélgica, Croacia, Marruecos y Canadá, y muy en especial, la G de Brasil, Suiza, Serbia y Camerún.
Los belgas de Courtois, De Bruyne, Lukaku y Hazard, eternos aspirantes, tendrán en los actuales subcampeones del orbe, los croatas de Modric, Perisic, Brozovic y Rakitic) a un duro escollo, con Marruecos (Hakimi, Bounou, En-Nesyri) y Canadá (Davies, Eustóquio, Elanga) no serán teloneros intrascendentes.
Brasil (Neymar, Richarlison, Vinicius, Paquetá, Firmino) es para muchos el principal candidato al título junto con Francia.
Sin embargo, los Tite enfrentarán desde el arranque a rivales de peso, como Suiza (Xhaka, Seferovic, Sommer, Shaqiri) y Serbia (Vlahovic, Jóvic, Mitrovic, Rádic).
Nunca se puede descartar a Camerún (Choupo-Motin) que tiene experiencia mundialista y puede hacer daño en el grupo G, el más parecido al de la muerte del torneo.
España no tiene una plantilla impresionante, aunque su técnico, Luis Enrique Martínez, la ha insuflado un estilo de toque y posesión que lo llevó al subtítulo en la pasada Liga de las Naciones.
Morata, Pedri, Ferrán, Gavi, Olmo o Ansu Fati pueden darle solvencia a la Roja en una llave E en la que Alemania (Gnabry, Muller, Kimmich, Havertz, Neuer) es su contendiente más complicado, pero como clasifican dos a la siguiente fase será cosa de doblegar a Costa Rica o Nueva Zelanda (en repechaje pendiente) y al siempre veleidoso Japón.
En cualquier caso, siete meses es mucho tiempo y por lo general son las lesiones de última hora de jugadores importantes las que cambian los pronósticos.
Francia (serie D), Argentina (C), Portugal (H) e Inglaterra (B) son candidatos importantes, sin olvidar el ascenso que pudieran protagonizar Dinamarca, Holanda o Uruguay.
oda/ft