Para el periodista urge un clamor continental permanente, sumado a las expresiones continuas de solidaridad, con el objetivo de sacudir a la opinión pública y lograr el cese definitivo del bloqueo económico, comercial y financiero de Estados Unidos contra la isla.
El también especialista en Filosofía de la Imagen, Estética y Semiótica abordó en su conferencia magistral ante estudiantes y profesores sobre la guerra no convencional dirigida, especialmente, contra los defensores de la restitución del humanismo y la conformación de una sociedad más justa.
El Director de Cine egresado de New York University, en Estados Unidos, presentó los desafíos, exigencias y la necesidad del enriquecimiento y transformación de categorías dentro de los bombardeos mediáticos, que emplean represión psicológica, sensibilidad y creencias personales frente a los pueblos y proyectos emancipadores.
El licenciado en Ciencias de la Comunicación manifestó la necesidad, en el combate semiótico actual, de la construcción de un mapa con las victorias comunicacionales y los códices emanados de las comunidades ancestrales en los países de América Latina y de los triunfos de expresión colectiva contemporáneos.
De acuerdo con el integrante del Movimiento Internacional de Documentalistas, el grupo de la Nueva Trova arraigó, por ejemplo, expresiones identitarias en Cuba y evidenció el papel de la poesía, la literatura y la música en las batallas de la información internacional.
«A diario luchamos contra máquinas y laboratorios de guerra ideológica, que tienen como propósito el robo de símbolos y términos sociales y populares, para luego tergiversarlos, entre ellos, democracia, paz y libertad. Resulta una usurpación de los baluartes que inspiran a la sociedad», reconoció el periodista.
Buen Abad señaló como, en el caso de Cuba, el intento de manipulación del concepto Patria o Muerte pretendió ocasionar un desfalco político y un intento por descarrilar el proyecto social y humanístico que representa la revolución en la nación caribeña.
El profesor, galardonado con el Premio Nacional de Periodismo Simón Bolívar, mereció el Sello de la Universidad de La Habana, considerado como símbolo de la educación superior en la mayor de las Antillas y de un centro de vanguardia en el pensamiento y la acción.
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