El estudio comenzó en el Centro de Rehabilitación Social de El Turi, donde el domingo último un enfrentamiento entre bandas delictivas derivó en el asesinato de una veintena de reclusos y dejó una decena de heridos, cinco de ellos de gravedad.
«Fue uno de los pedidos ante esta crisis lamentable, esta tragedia terrible», aseguró el titular de Interior, Patricio Carrillo en entrevista televisiva.
El Registro Civil, criminalística e inteligencia serán algunas de las instancias involucradas en el censo, que busca conocer la cifra real de la población carcelaria, las condiciones de vida y permitirá además hacer una reubicación de los reos.
En el marco del proceso se trasladó a Cuenca, ciudad donde se ubica la penitenciaría del Turi, la Comisión Pacificadora creada en diciembre último por el presidente de la república Guillermo Lasso, para atender la severa crisis estructural de la red carcelaria, agudizada por motines y masacres que dejaron más de 300 muertos en 2021.
Según las precisiones, el censo comenzará en el pabellón de mujeres en el Turi, luego llegará al de contraventores y finalmente al resto hasta cubrir toda la instalación, que se quedará con mil 600 presos.
También se implementarán mecanismos de transferencia tecnológica, videovigilancia, escáneres y otros.
Entre las medidas adoptadas tras la matanza reciente, las autoridades determinaron la víspera el traslado de cinco reos, considerados cabecillas en ese correccional, a la institución de máxima seguridad conocido como La Roca, el cual reabrirá.
La idea, explicó Carrillo, es que los líderes de organizaciones delictivas enfrenten un régimen disciplinario distinto, sin las prebendas a las cuales tienen acceso actualmente en los centros de rehabilitación social, en caso de cometer nuevas infracciones o hechos violentos.
Quienes sean enviados a La Roca, ubicada en la ciudad de Guayaquil, estarán en aislamiento total y sin comunicaciones, solo las necesarias con sus equipos de defensa y familiares cercanos.
La crisis carcelaria en Ecuador se agudizó desde 2020 y tuvo los picos más altos de violencia en 2021, con dos masacres que cobraron 119 y 68 vidas.
Expertos coinciden que además de las rivalidades por el control de los penales, inciden en el aumento de la violencia el hacinamiento en los 36 centros, con capacidad para 30 mil reclusos y una población superior a los 38 mil, así como las malas condiciones en la infraestructura, la falta de guías penitenciarios y de programas de rehabilitación social.
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