La más restrictiva después de la avalada en Texas, la iniciativa legislativa respaldada por el Partido Republicano (aprobada por el Senado en 2021), pasó ahora al gobernador Kevin Stitt, quien se comprometió a firmar todos los proyectos de ley contra el aborto que lleguen a su mesa.
Si Stitt lo rubrica, el llamado SB 612 entrará en vigor este verano.
«Lo tomaremos en serio y ciertamente consideraremos nuestras opciones legales», dijo Emily Wales, presidenta y directora general interina del grupo Planned Parenthood Great Plains, al advertir que el proyecto de ley 612 es «claramente inconstitucional».
El senador republicano Nathan Dahm, autor de la SB 612, promovió la medida como la «legislación pro-vida más fuerte en el país en este momento», reportó el periódico USA Today.
Los miembros de la fuerza roja de Oklahoma avanzaron de esta forma con la prohibición casi total de la interrupción del embarazo siguiendo el modelo de la ley de Texas.
El procedimiento será un delito grave, excepto los que se consideren necesarios en caso de emergencia médica para salvar la vida de una mujer encinta.
Mientras los legisladores republicanos aprobaban el proyecto de ley SB 612, más de un centenar de partidarios del derecho al aborto se reunieron fuera del Capitolio del estado para denunciar una lista de al menos siete proyectos de ley antiabortistas que se están tramitando en la Legislatura de Oklahoma.
Varias de las iniciativas prácticamente prohibirían el procedimiento por completo.
En la escalinata del Capitolio, se escuchaban la víspera voces que coreaban «mantengan sus prohibiciones fuera de nuestros cuerpos» y «estamos hartos» al tiempo que agitaban carteles de apoyo a Planned Parenthood y exigían el acceso a abortos seguros y legales.
La Ley 8 del Senado de Texas demostró lo difícil que es derrotar una legislación antiabortista inconstitucional con un Tribunal Supremo de Estados Unidos conservador, señaló Wales.
En Texas la medida permitirá a ciudadanos privados demandar a las personas que ayuden a las mujeres a buscar un aborto después de que se detecte un «latido del corazón del feto».
Wales acotó que «Texas, en cierto modo, inspiró a otros políticos conservadores y contrarios al aborto a ir lo más lejos y extremo posible».
Más de 781 mil mujeres en edad reproductiva viven en Oklahoma; sin embargo, el proyecto de ley también tendría gran impacto en los casi siete millones de féminas en condición de procrear que residen en Texas.
Desde que la ley SB 8 entró en vigor en Texas, las clínicas de Planned Parenthood en Oklahoma experimentaron un aumento del 800 por ciento en el número de tejanas que buscan detener su embarazo, explicó Wales.
En Estados Unidos es legal tal procedimiento desde 1973, cuando la Corte Suprema dictaminara sobre el histórico caso de Roe contra Wade (Roe vs. Wade), que estableció la protección por mandato constitucional la libertad de una mujer embarazada para elegir detener su gestación.
Sin embargo, varios estados de tendencia conservadora han impuesto restricciones durante las últimas dos décadas.
Actualmente todo apunta a que hacia el mes julio la mayoría conservadora del máximo tribunal de justicia del país pudiera seguir la línea de las prohibiciones cuando se pronuncie sobre otra ley de Mississippi que limitaría el aborto a partir de las 15 semanas.
Si ello ocurre, al menos 26 estados con la balanza hacia la derecha restringirían el derecho a abortar en un futuro cercano, lo cual asestaría una peligrosa estocada a Roe vs Wade.
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