Medios de prensa de esta nación norteña anticiparon que el objetivo es empujar a Moscú al aislamiento económico, financiero y tecnológico, según un funcionario del gobierno de Joe Biden, aunque expertos aseguran que Occidente enfrenta obstáculos para apartar a Rusia de la economía mundial.
Entre las medidas previstas están la prohibición de nuevas inversiones en el país euroasiático, aumentar la persecución contra las instituciones financieras y las empresas estatales rusas y restricciones a funcionarios del Kremlin y sus familiares.
Esta semana, Biden llamó a Putin criminal de guerra luego de divulgarse en los medios videos y fotos sobre una supuesta masacre en la localidad ucraniana de Bucha, algo que las autoridades rusas califican como “provocación” y “escenificación”.
Después de que el mandatario ruso, Vladímir Putin, anunciara la incursión en Ucrania en respuesta a una solicitud de las autoridades de las autoproclamadas repúblicas populares de Donetsk y Lugansk, Estados Unidos y sus socios arremetieron contra la economía de la nación euroasiática.
Las restricciones incluyeron la desconexión parcial de bancos rusos del sistema internacional de pagos Swift, el cierre del espacio aéreo para sus aerolíneas, la paralización de las reservas internacionales del Banco Central y el embargo a las compras de petróleo por Washington.
Además de las disposiciones económicas contra Rusia, el apoyo a Kiev se materializa con el envío a las fuerzas ucranianas de un nuevo lote de armamento, entre los cuales están incluidos 10 drones Switchblade armados con ojivas rompe tanques, informó esta semana el secretario de prensa del Pentágono, John F. Kirby.
El gobierno ruso insiste en que la ayuda militar a las fuerzas del presidente Vladimir Zelensky no facilitará el fin de la operación, mientras observadores políticos cuestionan el papel de Estados Unidos y sus socios en el actual conflicto al echar leña al fuego con el suministro de armamento.
Entretanto, la guerra económica puede tener consecuencias impredecibles a escala global, pues Rusia es el tercer exportador de petróleo mundial, uno de los principales suministradores de gas natural, además de tener un peso enorme en las producciones de trigo, aluminio y níquel, entre otros, advierten especialistas.
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