Las estadísticas de la Secretaría de Estado en Texas arrojaron que se desechó más del 12 por ciento de los 198 mil 947 votos por correo emitidos en esos comicios, o sea, 24 mil 636 boletas presentadas en sus 254 condados. De acuerdo con el análisis publicado este jueves por el diario The Hill, las tasas de rechazo fueron más altas para las papeletas de las primarias demócratas que en las republicanas: 12,87 por ciento frente a 11,77.
Sin embargo, menos del uno por ciento de las boletas fueron desestimadas en todo el estado en 2020, según datos de la Comisión Federal de Asistencia Electoral.
Texas fue uno de los varios estados con legislaturas controladas por los republicanos que promulgaron leyes de voto restrictivas tras las elecciones de hace casi dos años sobre las cuales el entonces presidente Donald Trump y sus partidarios afirmaron sin pruebas que estaban amañadas.
La ordenanza que el gobernador Greg Abbott (republicano) firmó en 2021 incluye, entre otras medidas, las que refuerzan los requisitos de identificación de los votantes.
James Slattery, abogado del Proyecto de Derechos Civiles de Texas, dijo que justo las papeletas anuladas fueron en su mayoría debido a esas nuevas reglas de identificación, lo que priva de su derecho a las urnas a votantes elegibles.
Un artículo publicado en enero por el periodista estadounidense Ari Berman argumentó que los republicanos no lograron anular las elecciones de 2020 y hacen lo posible por robarse futuras. Emplearán diversos métodos para tratar de llegar a su objetivo como «una combinación tóxica de supresión de votantes, gerrymandering extremo (rediseño a conveniencia de lo distritos electorales) y subversión electoral», señaló.
En esa búsqueda por «apoderarse de todos los aspectos del proceso de votación”, aprobaron 34 nuevas leyes en 19 estados que hacen más difícil ejercer el sufragio, comentó Berman, autor del libro Give Us the Ballot: La lucha moderna por el derecho al voto en Estados Unidos.
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