La disposición, que fue aprobada la víspera por el 100 por ciento de los senadores, autoriza las sanciones basadas en la Ley Magnitsky, creada por Washington en 2012 para aplicar medidas contra aquellas naciones que Estados Unidos considere “corruptas” y que “violan los derechos humanos”.
Con la entrada en vigor de la normativa, el gobierno norteamericano puede imponer aranceles más altos a las importaciones rusas como parte de la arremetida estadounidense contra el país euroasiático y quienes lo apoyan a raíz de la operación militar en Ucrania.
El mandatario también dio este viernes luz verde a una ley que codifica la prohibición a las importaciones de petróleo ruso, de acuerdo con un comunicado de la Casa Blanca.
Esta semana la administración de Biden anunció un nuevo paquete de sanciones contra Moscú, esta vez contra los dos mayores bancos de ese país y las hijas del mandatario ruso, Vladimir Putin, y el ministro de Relaciones Exteriores, Serguéi Lavrov.
Esas acciones se suman a otras decisiones adoptadas tras el inicio el conflicto en Europa del Este, entre ellas la desconexión parcial de bancos rusos del sistema internacional de pagos Swift, el cierre del espacio aéreo para sus aerolíneas, la paralización de las reservas internacionales del Banco Central y el embargo a las compras de petróleo.
Además de las sanciones económicas contra Rusia, Washington apoya a Kiev con el envío constante de armamento a las tropas ucranianas a través de países europeos, como Polonia.
El gobierno ruso insiste en que la ayuda militar a las fuerzas del presidente Vladimir Zelensky no facilitará el fin de la operación.
Entretanto, la guerra económica puede tener consecuencias impredecibles a escala global, pues Rusia es el tercer exportador de petróleo mundial, uno de los principales suministradores de gas natural, además de tener un peso enorme en las producciones de trigo, aluminio y níquel, entre otros, advierten especialistas.
Las hostilidades contra Rusia se agudizaron aún más luego de que los medios occidentales difundieran imágenes de una matanza supuestamente perpetrada por las tropas rusas en Bucha, ciudad ucraniana cercana a la capital, una información desmentida por Moscú.
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