Así lo expresó en conferencia de prensa la portavoz de la cancillería nipona, Hikariko Ono, quien subrayó que la declaración de “personas non gratas” aplica para miembros del cuerpo diplomático y de la Oficina Comercial de Rusia en Tokio.
Según Ono, el vice titular de la cartera, Takeo Mori, conversó con el embajador ruso en esta capital, Mijail Galuzin, y le comunicó la postura japonesa de condena a los supuestos crímenes de guerra cometidos por Moscú.
Japón se une ahora a Estados Unidos y varios Estados europeos que previamente anunciaron sus intenciones de expulsar a personal diplomático ruso acreditado en sus respectivos países, so pretextos disímiles como supuesto espionaje.
Por otro lado, la portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia, María Zajárova, comunicó que Moscú dará una respuesta pertinente a Tokio.
La víspera, la Asamblea General de la ONU votó por mayoría a favor de suspender a Rusia del Consejo de Derechos Humanos de la ONU.
El representante permanente ruso ante el organismo multilateral, Guennadi Kuzmín, calificó la decisión de la Asamblea General de ilegítima y con marcadas motivaciones políticas.
Subrayó además que el objetivo es castigar de forma demostrable a un Estado miembro soberano de ese organismo que lleva a cabo una política interior y exterior independiente, acusándolo de un crimen no cometido y que tampoco ha sido investigado.
El paso se dio tras las acusaciones contra los militares de esta nación de asesinar a civiles en la ciudad ucraniana de Bucha, rechazadas categóricamente y de forma repetida por Moscú.
Desde que se dieron a conocer los hechos, las autoridades nacionales exigieron una investigación de la ONU objetiva, independiente e imparcial que revele los verdaderos culpables de los crímenes.
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