El director general del organismo internacional, QU Dongyu inauguró el encuentro solicitado por 80 países miembros, encabezados por Estados Unidos y la Unión Europea, quienes presentaron un proyecto de resolución en el cual reafirman su apoyo a la adoptada por la Asamblea General de la ONU el 2 de marzo último.
El borrador pide a QU monitorear de cerca las implicaciones del conflicto sobre la seguridad alimentaria mundial y la agricultura, al tiempo que revisar y hacer recomendaciones sobre su impacto en la implementación del Marco Estratégico (2022-2031) y el Programa de Trabajo y Presupuesto (2022-2023).
Asimismo, solicita desarrollar planes inmediatos, a mediano y largo plazo para abordar los impactos del conflicto en la seguridad alimentaria mundial, incluida la respuesta de emergencia, asistencia para la recuperación y creación de resiliencia en los sistemas alimentarios.
Por su parte, la Federación Rusa compartió las preocupaciones sobre el aumento global del precio de los precios de los alimentos y el costo de las materias primas agrícolas y su impacto negativo sobre la seguridad alimentaria de los sectores más vulnerables de la población.
Sin embargo, en carta dirigida al director general, la representación de la nación euroasiática presentó una propuesta de resolución en la cual recordó que el problema existe desde mucho antes del conflicto con Ucrania.
En tal sentido, citó el informe del Sistema de Información de Mercados Agrícolas al G20 el 17 de noviembre de 2021, el cual indicó que en octubre de ese año el incremento del índice de precios excedió el pico de 2008.
De hecho, los conflictos que comenzaron durante los últimos 20 años en Afganistán, Siria, Irak, Yemen y Libia, que aún continúan, han provocado la hambruna de más de 60 millones de personas en esos países, señaló la misiva.
El conflicto en Ucrania, subrayó, se ha convertido en una gota más en el balde de conflictos, un balde que ha ido llenándose desde hace 20 años.
El documento se refirió, además, a la aplicación de medidas económicas, comerciales y financieras unilaterales, contrarias al derecho internacional y la Carta de las Naciones Unidas, como un factor que socava seriamente la estabilidad de los mercados de alimentos.
La iniciativa rusa solicita al director general utilizar la capacidad de la FAO, como organización técnica, para monitorear de cerca el impacto de los conflictos sobre la seguridad y la agricultura en el mundo, incluyendo el análisis regular e integral de información sobre el efecto en los sistemas alimentarios.
En el mismo sentido, pide hacer lo mismo respecto a las medidas económicas, financieras y comerciales adoptadas en violación del derecho internacional y la Carta de la ONU, entre otros aspectos.
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