La postura de exvicemandatario quedó refrendada en sus primeras declaraciones públicas tras ser recibido en la ciudad de Guayaquil por seguidores, quienes exigieron su liberación desde que fue detenido en 2017.
Glas aseguró que fue víctima de persecución política, la cual, recalcó, se extendió a su familia y le costó el puesto de trabajo a su esposa.
En ese sentido afirmó: «lo que no dicen y que ahora callan es que hace 15 meses debí salir en libertad condicional y me la negaron por presiones políticas, por odio, por venganza», aseguró.
Seguidamente advirtió que a pesar de haber pasado cuatro años y medios en la cárcel no siente arrepentimiento por ninguna e sus acciones a favor de la patria.
«Lo volvería a hacer, si eso significa otra vez regresar a la cárcel», afirmó y precisó que su salud está afectada por lo cual deberá tomar un tiempo para la recuperación.
No obstante, agregó: «estén claros y concientes de que soy un soldado de la Revolución Ciudadana».
Glas aprovechó el momento para recordar que desde el inicio de su segundo período como vecedignatario denunció temas relacionados con planes para la entrega de empresas públicas, hospitales y más, lo cual se cumplió.
Al respecto añadió que lo detuvieron por estar del lado del pueblo y oponerme a la rifa de cargos públicos y al presidente Lenín Moreno, con quien hizo dupla en representación de la Revolución Ciudadana, de cara a las elecciones de 2017.
El exvicegobernante salió de la prisión de Latacunga la víspera, horas después que un juez accedió a conceder el recurso de Habeas Corpus presentado por su equipo de la defensa.
Desde el arresto fue procesado y sentenciado a seis y ocho años de privación de la libertad en los casos conocidos como Odebrecht y Sobornos, respectivamente, de los cuales se declaró inocente.
Según la defensa, los juicios en su contra estuvieron manipulados que demostraron la persecución a los oponentes al gobierno de Moreno, así como la existencia de la guerra judicial o lawfare en el país.
Las irregularidades denunciadas en el tratamiento de las causas y la falta de pruebas para probar los delitos despertaron la atención de colectivos sociales y por la defensa de los derechos humanos, que antes pidieron liberarlo y ahora permanecen atentos ante el anuncio del gobierno, cuya primera reacción fue rechazar el Habeas Corpus y anunciar una apelación.
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