Para Biden y los demócratas, Ucrania no representa ninguna amenaza estratégica, sin embargo, una victoria rusa sería, políticamente, una «derrota devastadora» para Occidente, afirmó el profesor de la Universidad de Chicago John Mearsheimer.
Durante un seminario web realizado por la universidad el pasado 7 de abril, el experto comentó que el conflicto es un «must-win» (ganar a cualquier precio) para Estados Unidos.
Condenó el persistente mensaje de odio que emite la Casa Blanca contra Rusia cuando Washington es uno de los principales responsables de los enfrentamientos en Ucrania.
Mearsheimer explicó que hoy el mundo occidental está demonizando al presidente Vladimir Putin pero las causas del conflicto se remontan al 2008, cuando Ucrania se incorporó a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).
Para Rusia, esa movida política alentada por Washington significó una amenaza potencial, así como una nueva puerta de acceso de las armas y las tropas estadounidenses a la región euroasiática.
El académico rechazó la opinión «mayoritaria» de que la Rusia de Putin está motivada por objetivos expansionistas, y pidió a los “sabios” de Washington que pongan pruebas concretas detrás de sus afirmaciones.
«No hay evidencia de que Moscú quiera convertir a Ucrania en parte de su territorio», pues Estados Unidos ya está «lo más cerca posible» de involucrarse directamente en el conflicto, lo que podría tener consecuencias devastadoras, alertó el especialista.
Washington y sus aliados de la OTAN siguen redoblando sus esfuerzos, enviando armamento a Ucrania, incluso cuando Rusia deja claro que intentará destruirlos en cuanto crucen la frontera, agregó.
Para Mearsheimer, este conflicto es muy peligroso, debido a que el uso de armas nucleares es una posibilidad creciente.
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