Durante su participación en la Cumbre Internacional contra el Fascismo, con sede en Caracas, el reconocido intelectual valoró la influencia de los medios de comunicación en la asonada golpista contra el líder de la naciente Revolución bolivariana.
“Aquel fue el primer golpe mediático de la historia, no se había producido antes que los medios de comunicación fueran igual o hasta más protagonistas que los propios militares en un golpe de Estado”, manifestó Ramonet en declaraciones a Venezolana de Televisión.
Aunque las empresas comunicacionales de carácter privado tradicionalmente se movilizan en contra de un gobierno popular, en Venezuela fueron protagonistas directas en el intento por derrocar al presidente, reflexionó el también analista político.
Desde la óptica de Ramonet, el caso venezolano resultó muy particular, ya que los propietarios de los medios estaban involucrados en el propio golpe contra Hugo Chávez y habían preparado todo junto a los sectores militares complotados en la asonada.
El 11 de abril de 2002, la derecha venezolana impulsó el derrocamiento del líder de la Revolución bolivariana, tras una cruenta campaña mediática dirigida a empañar la figura del mandatario y los ideales progresistas por él representados.
La cúpula del gremio empresarial Fedecámaras y los medios privados de comunicación, en complicidad con sectores de la oposición y la jerarquía eclesiástica, conspiraron con elementos del alto mando castrense para derrocar al jefe de Estado y colocar en la presidencia de facto al oligarca Pedro Carmona.
El golpe fue planificado previamente con una masacre contra el pueblo venezolano en las calles cercanas al Palacio de Miraflores (sede del Ejecutivo), mediante el empleo de francotiradores, con el fin de responsabilizar al Gobierno de Chávez.
Hugo Chávez permaneció secuestrado por las fuerzas complotadas hasta su rescate el 13 de abril por parte de militares leales al orden constitucional, quienes junto a la insurrección popular en las calles dieron al traste con el golpe de Estado.
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