Previsto del 23 de abril al 27 de noviembre, el evento acogerá el proyecto Terra Ignota firmado por Kcho y Villares, el cual contó con la curaduría de Nelson Ramírez de Arellano y Norma Rodríguez Derivet, como comisaria.
La muestra, que estará disponible desde la primera jornada de la cita, se inserta entre las propuestas del pabellón de la mayor de las Antillas, que desde 2013 tiene por escenario la Isla de San Servolo, aunque la participación cubana en Venecia se remonta un poco más atrás, a mediados del siglo XX.
Proveniente de la nación caribeña resalta también la obra de Belkis Ayón cuyo trabajo marcado por la exploración de las tradiciones afrocubanas para describir una sociedad matriarcal imaginaria seducirá desde las galerías del pabellón el Arsenale.
Asimismo, los participantes locales conjugarán su talento junto a creadores de Argentina, Brasil, Chile, Cuba, España, Guatemala, México, Perú, Uruguay y Venezuela, que también cuentan con espacios exclusivos en la cita.
Bajo los principios de sostenibilidad ambiental, el encuentro articulará el trabajo de 213 artistas de 58 países en torno a temáticas como el consumo eficiente de recursos, la integración de una economía circular, colaboración y asuntos sociales.
Una de las particularidades de esta edición es la existencia, “primera vez en sus 127 años”, de una mayoría de mujeres y artistas de género no binario o fluido, para replantear la centralidad del hombre en la historia del arte y la cultura contemporánea, apunta la página web del evento.
Como centro de la Bienal atrapará a los visitantes la exposición The Milk of Dreams, que exhibirá piezas contemporáneas y nuevos proyectos concebidos específicamente para la ocasión, presentadas en diálogo con obras históricas del siglo XIX, como un diálogo entre pasado y presente.
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