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Era la Operación Pluto, aprobada por el presidente Dwight D. Eisenhower el 17 de marzo de 1960 con la estrecha participación del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas de la potencia norteña, bajo el propósito de derrocar al proceso revolucionario dirigido por Fidel Castro.
Con este motivo fue reclutado, entrenado y equipado en Guatemala un ejército de exiliados, entre ellos, antiguos testaferros del dictador Fulgencio Batista (1952-1958), incluidos responsables de crímenes contra el pueblo cubano.
La invasión se programó mediante un desembarco aéreo-marítimo para conquistar una cabeza de playa en la sureña bahía de Cochinos y allí instalar un gobierno previamente designado por Washington.
Aquel acto de guerra estaba acompañado por otros de subversión interna, infiltraciones armadas, sabotajes y acciones criminales.
En la madrugada del 17 de abril se concretaba la Operación Pluto, heredada por el presidente John F. Kennedy. La brigada 2506, integrada por mil 500 efectivos, había partido de Puerto Cabezas, Nicaragua, a bordo de cinco buques de Estados Unidos.
Fueron cruentos los combates y criminales los bombardeos de los B-26 desplegados contra la isla, que reportó más de 150 muertos y cientos de heridos, según testigos y protagonistas de los enfrentamientos con el enemigo.
No habían transcurrido 70 horas de la invasión cuando el cañón autopropulsado en el que viajaba Fidel Castro arribó ante el último reducto de atacantes en Playa Girón el 19 de abril.
Las fuerzas cubanas hicieron unos mil 200 prisioneros, la mayoría exiliados connacionales, y el 24 de abril de 1961 el presidente Kennedy reconoció la implicación de su gobierno en los hechos.
Esta sería la primera gran derrota militar del imperialismo estadounidense en América Latina y desde entonces Washington diseñó nuevas estrategias para terminar con la joven Revolución triunfante a 90 millas de sus costas.
De hecho, el 30 de noviembre de 1961 el presidente norteamericano aprobó la Operación Mangosta, el plan subversivo más grande orquestado contra Cuba, responsable de unas cinco mil acciones de sabotaje y actos terroristas en la isla en menos de 10 meses.
Algunos miembros de esa brigada de asalto 2506 siguen vivos, participaron en otras acciones agresivas contra su país de origen, apoyaron al presidente Donald Trump (2017-2021) en su guerra económica de asfixia a la isla y 61 años después, aún esperan sin éxito la caída del gobierno revolucionario.
jha/idm