“La internacionalización de las actividades militares de la Alianza en las altas latitudes, en las que participan los Estados no árticos de la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte), no puede dejar de ser preocupante”, expresó el embajador ruso y presidente del comité de altos funcionarios del Consejo Ártico, Nikolái Korchunov.
En declaraciones a la agencia de noticias TASS, el funcionario subrayó que tal situación implica amenazas para la seguridad regional y podría causar graves daños al frágil ecosistema del Ártico.
Llamó la atención sobre la realización de los ejercicios militares internacionales de la OTAN Cold Response, en el norte de Noruega, a partir del 14 de marzo y durante dos semanas, los cuales, dijo, no contribuyen a garantizar la seguridad en esa zona.
Korchunov advirtió que se trata de las mayores maniobras militares dirigidas por Noruega desde la década de 1980 y contó con la participación de 30 mil efectivos de 27 países, entre ellos Finlandia y Suecia, socios de la OTAN.
Indicó además que la probable entrada de Suecia y Finlandia en ese bloque militar tendrá un impacto negativo en la seguridad y la confianza mutua en el Ártico.
“El compromiso de larga data de Estocolmo y Helsinki con la política de no alineamiento con alianzas militares ha sido un factor importante en la estabilidad y seguridad en la región del norte de Europa, en el continente europeo en su conjunto”, dijo.
Según medios de prensa de esos países, Helsinki y Estocolmo podrían solicitar la membresía ya en el verano y la jefatura de la OTAN aseguró que estaría de acuerdo en aceptar sus ingresos.
Este jueves, el vicepresidente del Consejo de Seguridad de Rusia, Dmitri Medvédev, advirtió que en caso de que la entrada de esos países se concrete, Rusia fortalecería sus fronteras occidentales y entonces “ya no se hablará más de un estatus no nuclear del Báltico”.
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