No se me ocurrió entonces ni después que esa reunión en la sala del gabinete pudiera constituir una violación de las reglas (por la Covid-19), afirmó el gobernante conservador, en alusión a la fiesta de cumpleaños que le organizó su esposa Carrie en Downing Street en junio de 2020.
Johnson, quien admitió que la semana pasada pagó una multa de 50 libras esterlinas (65 dólares) por infringir las regulaciones que prohibían las reuniones sociales en espacios cerrados, rechazó, sin embargo, las exhortaciones que le hicieron varios diputados, incluidos algunos de sus correligionarios, a que dimita.
Repito que cometí un error y me disculpo de todo corazón, se limitó a repetir una y otra vez el primer ministro ante la andanada de críticas y las advertencias del presidente de la Cámara de los Comunes, Lindsay Hoyle, a los diputados que lo acusaron de ´mentiroso´.
El líder del opositor Partido Laborista, Keir Starmer, también calificó a su némesis política de deshonesto y conminó a los conservadores a deshacerse de Johnson y a restaurar la decencia, la honestidad y la integridad de la política británica.
El daño ya está hecho, el público ha tomado una decisión y no cree una palabra que diga el primer ministro porque saben quién es, aseveró Starmer en medio del acalorado intercambio.
El diputado conservador Mark Harper también se sumó a las críticas contra su correligionario y afirmó que Johnson no merece estar en el cargo por intentar defender lo indefendible.
Previo a la comparecencia del primer ministro ante la Cámara de los Comunes, su presidente confirmó que este jueves se someterá a votación una moción promovida por la oposición en la que se acusa al gobernante de engañar de forma deliberada al Parlamento sobre su participación en las fiestas celebradas en Downing Street durante la cuarentena.
Según las reglas internas del Partido Conservador, Johnson tendría que renunciar si el 54 de los 360 legisladores de su bancada consideran que no está apto para el cargo que ocupa desde julio de 2019.
Hasta el momento, al menos una decena de diputados conservadores han expresado publicamente su descuerdo con que el primer ministro siga en Downing Street.
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