De acuerdo con el aviso, en territorio keniano el número de personas necesitadas de asistencia urgente es al menos cuatro veces superior a la cifra registrada dos años atrás, y la ya complicada situación podría empeorar sin oportunas acciones internacionales.
Junto a Kenya, Somalia enfrenta alto riesgo de hambruna y las tasas de desnutrición en Etiopía superan actualmente los umbrales de emergencia, subrayó el PMA por medio de un texto divulgado en las tres naciones.
Asimismo, señaló que el conflicto entre Rusia y Ucrania disparó el costo de alimentos y el combustible, lo cual incide sobre todo en Etiopía y Somalia, dependientes del trigo de la cuenca del mar Negro, y donde los precios de productos básicos aumentaron 66 y un 36 por ciento, respectivamente.
La interrupción de importaciones por razones como el aumento de tarifas de envío en algunas rutas desde enero de 2022, amenaza la seguridad alimentaria y, debido a la falta de recursos, cada vez será más complicado resolver la crisis, indicó.
Durante los últimos meses y desde escenarios regionales y mundiales, la agencia de Naciones Unidas ha instado a la comunidad internacional a mirar hacia el este africano, principalmente a Kenya, Etiopía y Somalia, y proyectar con urgencia programas de ayuda.
Sus exhortaciones argumentan que actuar ahora contribuirá a evitar una catástrofe humanitaria en un futuro cercano y califican a la falta de financiación como una dificultad para responder a las necesidades de millones de habitantes.
El Programa, según informes oficiales, necesita 473 millones de dólares para incrementar la ayuda a varias partes del Cuerno de África, donde el número de damnificados por la sequía podría aumentar de los 14 millones estimados actualmente, a 20 millones en 2022, la mayoría residentes en Kenya, Etiopía y Somalia.
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