Mientras el mundo cayó en crisis a causa de la emergencia sanitaria global que generó la pandemia de la Covid-19, los más acaudalados ni lo sintieron, detallan medios digitales en referencia al nuevo estudio de Oxfam, publicado el lunes.
La confederación internacional (formada por 19 organizaciones no gubernamentales), señaló en su informe que gravar la riqueza y los ingresos de 735 multimillonarios de Estados Unidos y promulgar una tasa mínima de impuestos corporativos bajaría drásticamente la creciente desigualdad económica del país.
En enero un tanteo de Oxfam reveló que cada 26 horas surge un nuevo multimillonario en el mundo, al tiempo que los 10 hombres más adinerados del planeta acumulan seis veces más fortuna que los tres mil 100 millones de personas en mayor situación de pobreza.
El grupo advirtió que pese al duro golpe económico que significó la pandemia, en particular para 99 por ciento de la humanidad, la decena de terrícolas más ricos duplicaron «con creces» sus capitales en estos dos años.
Aunque parezca increíble, esos super acaudalados ganaron «15 mil dólares por segundo», o «mil 300 millones de dólares al día» durante este periodo, precisó.
De acuerdo con datos de la Reserva Federal, el 1,0 por ciento de hogares más adinerados del país acaparó en 2020 el 35 por ciento de la nueva riqueza creada.
La agencia de noticias independiente ProPublica, de Nueva York, advirtió en un reciente estudio que los 25 multimillonarios más ricos de Estados Unidos pagaron una tasa impositiva real de solo el 3,4 por ciento entre 2014 y 2018.
Sin embargo, en la última década, los hogares estadounidenses promedio costearon más impuestos de lo que acumularon en riqueza.
Un artículo del diario The New York Times destacó que el nuevo superyate del multimillonario de Amazon, Jeff Bezos, que se construye en Róterdam, Países Bajos, “es tan grande que la ciudad podría desmantelar parte de un puente histórico para que la embarcación pueda llegar a mar abierto”.
La historia –señaló el columnista Paul Krugman – no tardó en convertirse en una metáfora de la creciente desigualdad e intensifica la percepción de que a los multimillonarios les ha ido muy bien durante la pandemia de Covid-19 mientras que la gente común la ha pasado mal.
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