Según su parte de cierre del día, los ataques impactaron en 14 puntos de control, 429 fortificaciones y centros de concentración de personal y equipos militares en cuatro localidades de la región de Járkov.
Además, los misiles guiados rusos impactaron 14 objetivos enemigos, entre ellos un puesto de mando, dos depósitos de municiones, dos áreas de concentración de efectivos y equipos militares, así como dos bastiones de nacionalistas.
Desde el comienzo de la operación militar en Ucrania, las fuerzas de Moscú pusieron fuera de servicio 512 drones, dos mil 1422 tanques y vehículos blindados, 266 lanzamisiles múltiples, 140 aviones, 106 helicópteros, 254 sistemas de misiles antiaéreos, mil 51 cañones de artillería y morteros, además de dos mil 274 unidades de vehículos militares especiales.
Rusia inició el despliegue de sus tropas el pasado 24 de febrero, luego que las autoridades de las autoproclamadas Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk le solicitaran ayuda para repeler el aumento de la agresión y los intensos bombardeos por parte de Kiev.
Antes, Moscú reconoció la independencia y soberanía de ambos territorios y firmó tratados de amistad, cooperación y asistencia mutua con sus líderes, los cuales incluyeron el establecimiento de relaciones diplomáticas y la ayuda militar.
En su discurso para informar sobre el comienzo del operativo, el presidente ruso, Vladimir Putin, afirmó que el objetivo es proteger a la población de Donbass de los abusos y el genocidio de Kiev durante los últimos ocho años, además de “desmilitarizar” y “desnazificar” Ucrania.
Según el Ministerio de Defensa, los ataques no están dirigidos a la población ni a las ciudades ucranianas, sino contra las infraestructuras militares del país.
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