Según el comunicado de la Secretaría Nacional de Energía (SNE), hasta marzo último la generación con estas fuentes se situó en 553 mil 89 Megavatio-hora (MWh) frente a los 282 mil 75 de igual lapso hace tres años.
En el istmo el 75 por ciento de la generación proviene de fuentes renovables o limpias, pero en 2021 cerró con 81 por ciento, según los datos. El incremento de la penetración de estas energías en la matriz nacional también subió entre 2019 y 2021 en 69 por ciento.
El año pasado, la SNE registró una duplicación en la capacidad de los parques fotovoltaicos de 200 a 400 MW.
En el caso de los techos solares, este año la nación canalera inauguró tres sistemas de calentamiento en las provincias de Panamá, Veraguas y Chiriquí, sobre todo en instalaciones hospitalarias.
Aunque Panamá consolidó su declaración de país de carbono negativo junto a Bután y Surinam, durante el primer semestre del 2020 el país pagó 379,5 millones de dólares por los combustibles fósiles para el transporte y la generación de electricidad, el 95 por ciento de las importaciones de ese año.
La meta de Panamá es reducir las emisiones de carbono en al menos 24 por ciento para el 2050 y un 11, 5 por ciento para el 2030.
Las autoridades estiman que con la implementación de la Estrategia Nacional de Generación Distribuida, se reducirá en más de 3,1 millones de toneladas las emisiones de dióxido de carbono entre 2021 y 2030.
Además, el Plan 2015-2050 sugiere que hasta un 70 por ciento del suministro de energía en el país centroamericano podría ser de fuentes renovables en 35 años.
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