“Es de los crímenes silenciados e impunes de nuestra historia reciente”, sostuvo la autora del libro “Los fusilados de abril”, de 2002, al cumplirse entonces 20 años del sangriento suceso.
Un ataque mortal perpetrado el 14 de abril de 1972 contra ocho militantes del Partido Comunista (PCU) marcó un hito represivo brutal para una colectividad política legal, un año antes de instaurarse la dictadura, en el análisis de la también profesora de historia.
En esa fecha el entonces líder del Partido Nacional, Wilson Ferreira, afirmó de lo ocurrido en la seccional 20 del PCU “no creo que la historia del país registre una tragedia mayor”.
Sin embargo, los legisladores de esa tradicional fuerza política no votaron la formación de una comisión investigadora propuesta, que finalmente se frustró.
La seccional atacada se encontraba en el distrito capitalino Paso Molino, que era una zona de cercanía de fábricas, agrupaciones obreras, de un liceo combativo, donde a menudo se enfrentaban jóvenes militantes de izquierda y de la ultraderecha, contextualizó Martínez.
Este fin de semana el PCU convocó a una conmemoración masiva “por la verdad y para reivindicar la justicia y responder a los nostálgicos que quieren seguir mintiendo y defendiendo la impunidad”.
Su secretario general, Juan Castillo, al analizar el proceso que llevó a la dictadura, en el discurso central, comprometió los esfuerzos en el proceso de acumulación de fuerzas y de unidad para desplazar, en las próximas elecciones, al gobierno de la derecha multicolor.
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