El alto funcionario señaló que esta urbe es objeto de una guerra mediática y simbólica en su contra, «para excluirla del radar del turismo”.
Padrón refirió los obstáculos enfrentados para hacer posible impulsar a Caracas como destino turístico, porque existía una campaña de descrédito para opacar las cualidades de la ciudad e impedir que los visitantes foráneos la eligieran como destino.
No obstante, resaltó que tras la puesta en marcha del programa de visitantes rusos a esta capital, ellos señalan que lo que más les gusta es la experiencia en los barrios.
Las declaraciones del ministro se suceden a propósito del establecimiento oficial de los nuevos símbolos de la metrópoli, aprobados recientemente por la Asamblea Nacional, usado por algunos sectores de la oposición para desatar una nueva campaña contra el Gobierno regional y nacional.
La víspera, en una ceremenonia oficial la nueva bandera de Caracas se izó en lo alto del Parque Nacional Waraira Repano, como una reafirmación de identidad ante los símbolos regionales, consultados con la población antes de ser aprobados por el Parlamento.
El escudo y la bandera que representaban a esta ciudad eran los heredados de la colonia española, con sus respectivos símbolos de dominación, cuya sustitución era un viejo anhelo de sus pobladores.
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