En entrevista exclusiva con Prensa Latina, Andrei Guskov, embajador ruso en Cuba, destacó que las restricciones unilaterales occidentales afectan a la economía mundial, incluida la colaboración económico-comercial con países latinoamericanos y caribeños.
Sabemos también que ellos están bajo enormes presiones de Occidente que utiliza la influencia política, promesas económicas y el chantaje para obligarlos a apoyar las sanciones contra Rusia, precisó.
Aspiramos a continuar fortaleciendo las relaciones con la región de América Latina y el Caribe sobre una base desideologizada y pragmática, aprovechando la complementariedad de nuestras economías y la necesidad de diversificar la cooperación, subrayó el diplomático.
En el caso de Cuba, acotó, desde hace ya muchos años nuestra colaboración se desarrolla en un contexto marcado por la presencia del bloqueo comercial, económico y financiero de la Isla de la Libertad por parte de Estados Unidos, declaró Guskov.
Cuba, afirmó, es un ejemplo de la política aplicada por Estados Unidos para suprimir países y gobiernos que defienden su soberanía y su camino propio de desarrollo, una muestra de obsesión de Washington con el deseo de imponer sus reglas al mundo.
Al referirse a la operación militar anunciada el pasado 24 de febrero por el presidente Vladimir Putin en Ucrania, constató que se trataba de proteger a los habitantes de Donbás, objeto de abusos y genocidio por parte de Kiev durante ocho años.
No fuimos nosotros quienes empezamos la guerra en Donbás, pero nosotros le pondremos fin, aseguró.
Durante muchos años, Occidente trató de crear una especie de “anti-Rusia” en Ucrania, puesta bajo completo control externo, colonizada intensamente por fuerzas armadas de la Organización del Tratado del Atlántico Norte e inundada con los más modernos armamentos, denunció.
Ahora las sanciones occidentales fueron impuestas con el fin de marginalizar a Rusia, contenerla, frenar su desarrollo y reducir su papel a cero en la política global, la economía, el deporte, el arte, el comercio, la ciencia y la educación, constató el Embajador.
Las sanciones occidentales contra Rusia, estimó, son una “navaja de doble filo”, pero en primer lugar, tendrán un impacto sobre Europa occidental que depende de nuestros suministros energéticos, los que nunca usamos como un arma, aclaró el funcionario.
Se asestó un duro golpe a la confianza y al dólar estadounidense como principal moneda de reserva. Tanto Estados Unidos como la Unión Europea incumplieron de forma real sus obligaciones con Rusia y ahora todos saben que las reservas financieras simplemente pueden ser robadas, advirtió.
Con tales acciones ilegales buscan una caída del Producto Interno Bruto, una reducción de ganancias estatales, un aumento de la inflación junto con el recorte del nivel de ingresos, y de tal manera crear las bases para cambiar el liderazgo de nuestro país, comentó.
Según una encuesta realizada en la primera semana de abril del año en curso por el Centro de Investigación de Opinión Pública de Rusia, el nivel de aprobación por los ciudadanos de las actividades del presidente Vladimir Putin aumentó hasta el 79,6 por ciento, apuntó.
Al referirse a las negociaciones entre Ucrania y Rusia en Estambul, el 29 de marzo, recordó que allí Ucrania fijó en el papel su voluntad de declarar su estado neutral, no alineado y no nuclear, de rechazar el despliegue de armas extranjeras y los ejercicios con militares foráneos, sólo con consentimiento de todos los países garantes del futuro tratado, incluido Rusia.
Pero el 6 de abril, la parte ucraniana presentó un nuevo proyecto de acuerdo que deja fuera la declaración hecha anteriormente por su delegación de que las garantías de seguridad de ese país no se aplicarían en Crimea y Sebastopol, explicó.
De acuerdo con el Embajador, no son las negociaciones las que influyen en el curso de la operación, sino los “actores” externos los que tratan de obstaculizarlas y contribuir a la continuación de los enfrentamientos armados en Ucrania.
Rusia propuso un proyecto de resolución verdaderamente humanitaria en el Consejo de Seguridad de la ONU para establecer un alto el fuego y pausas humanitarias, con el fin de llevar a cabo la evacuación segura de la población civil en Ucrania, que no fue aprobado por los países occidentales, recordó Guskov.
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