Finlandia ralentiza el procedimiento, al tiempo que Suecia intenta acelerarlo, de acuerdo con la información del mayor diario sueco que cita una fuente del Gobierno, según la cual ambos países se proponen solicitar la incorporación simultáneamente.
Varios políticos y especialistas finlandeses consideraron sobre el tema que una adhesión sincrónica ayudaría a atenuar la reacción negativa por parte de Rusia.
El pasado 24 de febrero el presidente de Rusia, Vladímir Putin, anunció el inicio de una “operación militar especial” en Ucrania, con el objetivo de «desmilitarizar» y «desnazificar» ese país.
Luego de esa fecha, Estocolmo y Helsinki se replantearon su histórica política de neutralidad e inclinaron a la opinión pública hacia la entrada a la alianza atlántica, que agrupa en la actualidad a 30 países.
Por su parte, el Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia advirtió, hace unos días, que el ingreso de ambos países a la OTAN implicaría consecuencias para sus relaciones bilaterales y la arquitectura de seguridad europea.
Según Moscú, la incorporación al bloque militar también perjudicaría la imagen de promotores de iniciativas constructivas y de cohesión internacional, que Suecia y Finlandia mantienen durante décadas.
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