La investigación Covid-19 y la transformación acelerada del empleo señala que esas transformaciones estructurales en la región contribuyen negativamente al crecimiento de la productividad, con marcado énfasis en la participación relativa del empleo en los servicios.
De acuerdo con el BM América Latina se encuentra ante la fase de «desindustrialización prematura», tema preocupante porque ocurre un desplazamiento de la mano de obra del sector industrial hacia otros de menor crecimiento de la productividad, generalmente los servicios.
Ello contrae la productividad general con consecuencias negativas para el incremento del ingreso real y las condiciones de vida de los trabajadores, amplía el texto.
Tras el análisis se aprecian algunas características, continúa, una heterogeneidad significativa entre las enconomías de la región, y mayor desindustrialización en las participaciones del empleo que en las participaciones del valor agregado.
Pero ese compartamiento tiene implicaciones para el futuro, pues la aparición de nuevas tecnologías sugiere que las oportunidades para una mayor industrialización serán limitadas en muchos países en desarrollo .
Acompañadas por el incremeto de los requisitos en materia de infraestructura y habilidades complementarias, y además, se prevé que las cadenas globales de valor se acorten, reduciendo las oportunidades de entrada, acota el documento.
Para seguir siendo competitivas, alerta el texto, las empresas necesitarán adoptar muchas de estas nuevas tecnologías, que tienden a ahorrar mano de obra.
El sector industrial continuará su contribuición al crecimiento de la productividad agregada y al valor agregado, pero no tanto a la creación de empleos, especialmente de mano de obra no calificada, remarca la investigación.
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