La medida, que forma parte del sexto paquete de sanciones presentado por la zona europea contra el gigante euroasiático, “significaría un problema para Hungría», señaló.
Insistió en la exigencia de su nación de obtener un abastecimiento energético alternativo y seguro antes de prescindir del crudo producido en Rusia.
Además, hizo énfasis en el riesgo de que un corte de los flujos de petróleo ruso a Europa desate una escalada de los precios de los combustibles, que ya registraron marcados aumentos durante el último par de meses.
“Hasta que no haya solución al problema húngaro, el Gobierno no votará a favor del paquete de sanciones de Bruselas”, declaró.
Hungría importa el 65 por ciento del petróleo y el 85 por ciento del gas que consume desde Rusia.
En ese contexto, no es extraño que Szijjártó considere el embargo energético “como una bomba atómica” para la economía nacional.
A pesar de las reuniones sostenidas durante sábado y domingo, los países de la Unión Europea (UE) no lograron aún un acuerdo para prohibir las importaciones de petróleo desde el gigante euroasiático. Otras naciones como Eslovaquia, Bulgaria y la República Checa rechazaron la medida por su alta dependencia del crudo de Moscú.
En función de ello, la UE podría suavizar su paquete de sanciones y abandonar la propuesta de prohibir a los buques de propiedad europea transportar petróleo ruso a terceros países, reportaron medios de prensa.
No obstante, sí mantendrá una disposición clave sobre el transporte marítimo que dificultará la capacidad de Moscú para exportar su crudo.
oda/att