“Los admiradores del neonazismo han vuelto a exponer su rostro, y es sangriento”, escribió Zajárova en su canal de Telegram, luego del hecho ocurrido en la capital polaca cuando el jefe de la misión diplomática rusa, Serguéi Andréyev, intentaba depositar flores en el lugar en homenaje al Día de la Victoria sobre el fascismo alemán.
El embajador ruso, su esposa que le acompañaba y un grupo de diplomáticos fueron rociados con pintura roja y se les impidió acudir al monumento.
“La demolición de los monumentos a los héroes de la Segunda Guerra Mundial, la profanación de las tumbas y, ahora, la interrupción de la ceremonia de colocación de flores en un día sagrado para toda persona decente, demuestran lo que ya es evidente: Occidente ha puesto rumbo a la reencarnación del fascismo”, subrayó.
La representante del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia aseguró que los intentos de intimidar a los rusos no llevarán a ninguna parte, mientras los ciudadanos de Europa deberían asustarse de su propio reflejo en el espejo.
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