La protesta, iniciada el pasado 3 de mayo, se lleva a cabo en las ciudades de Quito y Guayaquil, con la participación de maestros y representantes de colectivos barriales, estudiantiles y de mujeres.
El objetivo de la acción es reclamar a la Corte Constitucional un pronunciamiento favorable a las reformas a la Ley Orgánica de Educación Intercultural (LOEI), aprobadas por la Asamblea Nacional y contra el veto presidencial a la normativa.
La regulación comprende un incremento salarial para los profesores, así como el pago de los incentivos jubilares, entre otras prebendas.
Pese a que el Parlamento citó al excedente en la venta del petróleo y la recaudación del Impuesto al Valor Agregado (IVA) como principales fuentes de recursos para efectuar los pagos, el gobierno insiste en carecer de los recursos requeridos.
En ese contexto, la Corte Constitucional convocó a una audiencia pública mañana, previa a emitir el nuevo dictamen.
Por su parte, los huelguistas advierten que mantendrán la decisión de no ingerir alimentos hasta el pronunciamiento de la Corte y si no es favorable, la acción se extenderá a otras ciudades.
En apoyo a la medida, en varios puntos de la geografía ecuatoriana se han desarrollado marchas en los últimos días.
Equiparación salarial, no más recortes presupuestarios para la enseñanza y mejores condiciones laborales son algunos de los pedidos de los manifestantes.
Fransua Chicedo, militante de la Juventud Revolucionaria del Ecuador, comentó a Prensa Latina que respaldan la huelga de hambre del magisterio por la equiparación salarial, derecho negado a ese sector por varios años.
«Apoyamos a los docentes que luchan por una educación digna, por aulas en buen estado e instituciones con buen mantenimiento y por la eliminación del acoso sexual en los colegios de Ecuador», precisó.
Según enfatizó, piden la aplicación de las modificaciones a la LOEI, las cuales consideró grandes reformas.
En Quito, frente a la sede de la Corte Constitucional, más de una docena de ecuatorianos asumieron la determinación de no ingerir alimentos, a pesar de las afectaciones que la medida implica, y en Guayaquil suman 20.
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