Según el reporte, también destruyó una estación de radar para el sistema de misiles antiaéreos S-300 en la región de Odesa, así como un depósito de misiles y armas de artillería en la localidad de Krasnopávlovka, en territorio de Járkov.
Por su parte, los misiles y la artillería de este país impactaron contra otros 405 puntos de agrupación de fuerzas y armamento, 12 puestos de mando, 26 unidades artilleras y otro sistema de misiles antiaéreos S-300.
Señaló además que las milicias de la autoproclamada República Popular de Donetsk eliminaron tres sistemas lanzamisiles Smerch y dos depósitos de municiones del enemigo.
Konashénkov explicó que en las últimas horas los sistemas de defensa aérea rusos derribaron además 13 drones ucranianos y 14 proyectiles de sistemas de cohetes de lanzamiento múltiple Smerch.
Las Fuerzas Aeroespaciales atacaron con misiles de alta precisión dos depósitos de municiones en la región de Chernígov, aniquilaron 320 nacionalistas, cuatro puntos de control y 34 zonas de concentración de personal y equipos militares ucranianos.
Rusia inició el pasado 24 de febrero una operación militar en Ucrania, luego que las autoridades de las autoproclamadas Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk le solicitaran ayuda para repeler el aumento de la agresión y los intensos bombardeos por parte de Kiev.
Antes, Moscú reconoció la independencia y soberanía de ambos territorios y firmó tratados de amistad, cooperación y asistencia mutua con sus líderes, los cuales incluyeron el establecimiento de relaciones diplomáticas y la ayuda militar.
En su discurso para informar sobre el comienzo del operativo, el presidente ruso, Vladimir Putin, afirmó que el objetivo es proteger a la población de Donbass de los abusos y el genocidio de Kiev durante los últimos ocho años, además de “desmilitarizar” y “desnazificar” Ucrania.
Según el Ministerio de Defensa ruso, los ataques no están dirigidos a la población ni a las ciudades ucranianas, sino contra las infraestructuras militares del país.
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