La movilización coincide con el décimo día de una huelga de hambre desarrollada desde el pasado 3 de mayo en las ciudades de Quito y Guayaquil por alrededor de 30 personas, principalmente profesores, en espera de un pronunciamiento de la Corte Constitucional sobre el veto presidencial a la LOEI, que comprende, entre otros beneficios, un alza salarial.
Mientras, en la Corte transcurre una audiencia pública para tratar las modificaciones a la Ley, aprobadas por la Asamblea Nacional en marzo último y vetadas por el presidente de la república, Guillermo Lasso, el 14 de abril, a horas de conmemorar el Día del Maestro en Ecuador.
Los manifestantes, en su mayoría miembros de la Unión Nacional de Educadores (UNE), señalaron que piden justicia para el magisterio y el cumplimiento de promesas de campaña, así como la aplicación de una regulación cuyo contenido fue avalado por el Parlamento.
De su lado, los huelguistas agradecieron las muestras de apoyo a nivel nacional e insistieron en que mantendrán la acción mientras el dictamen no sea favorable a sus demandas.
«Estamos en esta lucha por 10 días, Nuestros cuerpos empiezan a reclamar. Nuestros estómagos dicen que ya es suficiente, pero nuestros ánimos nos dicen que debemos seguir y avanzar porque esta es la historia de lucha de maestros y maestras en nuestro país, aseguró en declaraciones exclusivas a Prensa Latina Rosana Palacios, vicepresidenta nacional de la UNE.
Palacios añadió que no levantarán la carpa de la dignidad hasta que los jueces se pronuncien a favor de los pedidos y consideró necesario continuar la lucha por los derechos de todos.
Tras agradecer las muestras de apoyo a nivel nacional acotó: «afuera escuchamos los gritos de combate y eso nos da fuerza y levanta el ánimo. Lo que se defiende hoy desde varias trincheras es una educación de calidad, democrática y científica al servicio de la mayoría del pueblo ecuatoriano».
De su lado, el maestro Manuel Negrete, representante de la enseñanza intercultural bilingüe del pueblo quichua que se unió a la huelga aseguró: «reclamamos como docentes para mejorar la educación, pues no es posible que la educación y la salud estén abandonados. La equiparación salarial debe darse».
Al respecto, advirtió que es un justo derecho pues «sin educación no hay desarrollo, no hay salubridad y realmente no habrá progreso en el país. Queremos menos cárceles y más educación, menos policías y más niños indígenas atendidos en los páramos. El dinero existe, falta la voluntad política del presidente Lasso, que ha sido incapaz de gobernar este país.
car/scm