Los reclamos se hicieron en las afueras del Hospital Carlos Andrade Marín, del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS), en espera de ser escuchados por el gobierno nacional.
La falta de medicamentos es un problema denunciado en este país andino desde hace meses y un pendiente del ejecutivo, que prometió dar solución al tema tras una evaluación general y la confirmación de las carencias.
Para los manifestantes, es inconcebible que no tengan acceso a las medicinas requeridas, después de aportar por años al IESS.
Al menos dos mil 500 enfermos a nivel nacional dejan de recibir los fármacos en la actualidad, según la Alianza Nacional por la Salud, que agrupa a 32 organizaciones de pacientes, representantes de la academia, investigación, profesionales de la salud y el derecho.
Los enfermos y sus familiares se declararon en permanente movilización hasta que el ejecutivo cumpla con el prometido abastecimiento, para lo cual contaban con un período de 15 días, el cual expiró.
El mismo dilema de falta de medicamentos lo viven personas con discapacidad y enfermedades consideradas catastróficas.
Desde diciembre pasado, las autoridades nacionales se comprometieron a comprar alrededor de 200 tipos de medicinas para atender varias patologías.
Entonces, el Ministerio de Salud Pública anunció que para ese fin destinaría alrededor de 30 millones de dólares y el IESS aportaría otros 20 millones, pero a la fecha, las quejas continúan.
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