Invitada de honor al XXVI Encuentro Nacional de Solidaridad con Cuba en Veracruz, auspiciado por el Movimiento Mexicano, Aleida dijo que ha podido ayudar también como médico a niños mexicanos.
Y que está devolviendo -subrayó- a este pueblo un poco lo que ha hecho tanto por la Revolución cubana como por su papá.
He tenido el extraordinario privilegio de conocer hombres y mujeres tan sencillos y extraordinarios en México, y estos son los que hacen fuerte a un pueblo; con ellos he trabajado en distintos estados, señaló.
La vigencia del pensamiento del Che es muy actual, desgraciadamente, y ¿por qué digo desgraciadamente? Porque eso quiere decir que todavía no hemos llegado a la práctica de todo lo que nos dejó y enseñó. Voy a compartir, anunció, algunos escritos suyos.
“Hasta cuándo seguirá este orden de cosas basado en un absurdo sentido de casta, es algo que no está en mi contestar pero es hora de que los gobernantes dediquen menos tiempo a la propaganda de sus bondades como régimen y más dinero, muchísimo más dinero a solventar obras de utilidad social”, citó.
Comentó Guevara March que hay muchos gobernantes que se dedican a hablar y no actuar.
Otro fragmento “En El Paso tuve la oportunidad de pasar por los dominios de la United Fruit convenciéndome una vez más de lo terrible que son estos pulpos capitalistas.
He jurado ante una estampa del viejo y llorado camarada Stalin no descansar hasta ver aniquilados estos pulpos capitalistas”.
Agrega: “En Guatemala me perfeccionaré y lograré lo que me falta para ser un revolucionario auténtico” escribió en carta a su tía Beatriz en Costa Rica.
Y aquí empieza su despertar revolucionario y se da cuenta del poder que tiene Estados Unidos sobre nuestros pueblos y lo agresivo que sería si nosotros se lo permitimos, narra Aleida.
Es una de las cosas que él disfruta en Cuba, cómo la Revolución cubana no solamente toma el poder, sino que logra profundos cambios sociales que le permiten construir una muy fuerte y nueva nación.
El Che como médico, dijo, se “preocupaba mucho de la formación de valores en las nuevas sociedades” y siempre lo decía y recordaba.
“El médico revolucionario debe tener siempre presente que su deber es atacar las lacras de todo tipo que atacan al pueblo, al único soberano a quien sirve”, fue un principio suyo que Cuba es inviolable.
En nuestro país la salud es gratuita porque es un derecho del pueblo, no se puede negociar con la vida y el dolor de un ser humano, reflexionó.
Eso hace una revolución socialista, y es lo que ha hecho Cuba durante todos estos años: formar a médicos con una gran calidad humana y profesional y eso nos hace sentir orgullosos como cubanos, concluyó.
oda/lma