Esos elementos, afectan directamente el crecimiento global, lo que tiene vínculo con las sanciones de occidente contra Rusia y el bumerán creado al respecto, tal y como lo reconocen operadores.
Esta semana algunos elementos apuntan a un amplio espectro de asuntos, desde los temas financieros y las criptomonedas, la energía y la producción electrónica.
Las criptodivisas sufrieron grandes pérdidas el viernes, con el bitcóin de nuevo por encima de los 30 mil dólares, pero soportando una racha de mermas récord después del colapso de TerraUSD, una de las llamadas Stablecoin o criptodivisas estables.
En cuanto a metales básicos, también se aprecia la afectación cuando los precios del cobre bajaron y marcharon en dirección a su sexta semana consecutiva de pérdidas, en medio de los crecientes temores a una desaceleración económica global.
El cobre de referencia a tres meses en la Bolsa de Metales de Londres (LME) bajó 0,2 por ciento a nueve mil 73 dólares la tonelada. El metal rojo marchó camino a su sexto declive semanal, que sería su racha de pérdidas más larga desde 2019.
Entre otros metales, el aluminio subió 0,6 por ciento a dos mil 760 dólares la tonelada, el zinc perdió 1,1 por ciento a tres mil 492 dólares, el plomo decreció 1,5 a dos mil 61 dólares, el estaño cedió 0,5 a 33 mil 570 dólares y el níquel caía 1,1 a 27 mil 490 dólares.
Por demás, los futuros de Wall Street repuntaron antes de la apertura el viernes, manteniendo a raya los temores de un mercado bajista, aunque las acciones de Twitter caían después de que Elon Musk puso en suspenso de forma temporal su acuerdo de compra.
Los mercados se ponen nerviosos ante la posibilidad de una recesión, y el S&P 500 se acercó a la baja, casi 20 por ciento de su máximo histórico de enero.
La guerra en Ucrania agravó las disrupciones de la cadena de suministro y las presiones inflacionistas ya existentes tras más de dos años de pandemia de la Covid-19, pero las acciones rebotaron.
Los activos de Twitter decrecieron 17,7 por ciento, a 37,10 dólares, en las operaciones previas de los mercados.
El índice de referencia mundial de MSCI ganó 0,34 por ciento tras tocar el jueves su mínimo desde noviembre de 2020, aunque se encaminó a una caída semanal del cuatro por ciento.
En materia financiera, el dólar operó estable a 104,77 unidades frente a una cesta de divisas, cerca de los máximos de 20 años tocados el día anterior por la demanda de refugio.
Frente al yen ganó 0,47 por ciento, a 128,83 unidades, mientras que el euro cotizó plano a mil 38 dólares, por encima de los mínimos de cinco años. Con estos elementos esenciales a mano se pude augurar que la semana entrante carecerá de mejoras en sentido general.
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