Este lunes ese organismo recortó sus previsiones de crecimiento a razón de 1,3 puntos hasta situarlas en un 2,7 por ciento, pero incluso ese aumento se evaporará prácticamente en su totalidad si se produce un corte súbito de los suministros rusos, advirtió la CE.
Si se concreta una interrupción total de las importaciones energéticas desde Rusia, como parte de las sanciones occidentales por el conflicto en Ucrania, el crecimiento del bloque se ubicará en un escaso 0,2 por ciento, según el organismo europeo.
Por otra parte, las proyecciones de la inflación se situaron en un 6,1 por ciento, pero de concretarse las restricciones contra el gigante euroasiático el aumento de precios superaría un 9,0 por ciento.
Aunque la CE reconoció que sus simulaciones eran mucho peores que los escenarios esperados, varios expertos confirmaron que el entorno económico regional está sujeto a una elevada incertidumbre derivada del conflicto bélico.
El deterioro sobre la economía europea sería “sustancial” y el ajuste a corto plazo sería “extremadamente costoso”, expuso la CE.
Las posibilidades para sustituir el gas ruso son limitadas porque estas importaciones dependen en gran medida de infraestructuras específicas, como gasoductos o terminales de gas natural licuado, amplió el informe.
“Otros países productores no pueden aumentar sus ventas lo suficientemente rápido para compensar totalmente” un corte, concluyó.
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