“El hecho de que la seguridad de Suecia, así como de Finlandia, no se fortalecerán como resultado de esta decisión, es completamente obvio para nosotros”, subrayó Riabkov en declaraciones a la prensa.
“¿En qué forma garantizaremos nuestra seguridad después del cambio de esta configuración general de la OTAN? Dependerá de cuáles serán, en la práctica, las consecuencia de la esperada adhesión de Finlandia y Suecia a la Alianza”, añadió.
En su opinión, ni Estados Unidos, ni la Unión Europea, ni otros miembros del bloque militar debieran hacerse ilusiones de que Moscú tolerará que continúe la ampliación de la OTAN.
“Es decir, el nivel general de tensión militar aumentará, la previsibilidad en este ámbito será menor”, aseguró Riabkov, quien consideró el hecho como otro error grave con consecuencias de gran alcance de quienes toman las decisiones políticas en esos países.
El pasado 14 de mayo, el presidente ruso, Vladimir Putin, dijo a su homólogo finlandés, Sauli Niinisto, que la renuncia de su país a la política de neutralidad militar sería un error, pues no existen amenazas para su seguridad.
Según el servicio de prensa del Kremlin, durante el diálogo telefónico ambos mandatarios tuvieron un franco intercambio de opiniones en relación con la intención anunciada por los dirigentes finlandeses de solicitar el ingreso en la OTAN.
El jefe de Estado ruso señaló que tal cambio en el rumbo de la política exterior de Helsinki podría tener un impacto negativo en las relaciones bilaterales.
Recordó que durante muchos años los vínculos fueron construidos en un espíritu de buena vecindad y cooperación asociativa y han sido de naturaleza mutuamente beneficiosa.
El presidente Niinisto y la primera ministra Sanna Marin emitieron el pasado jueves un comunicado conjunto en el que indicaron que su país debería solicitar el ingreso en la OTAN lo antes posible.
Medios de prensa de esa nación indicaron que Helsinki debe tomar una decisión formal sobre este asunto a principios de esta semana.
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