Asegurar las semillas, los fertilizantes y el agua de riego figuran entre las principales acciones gubernamentales aprobadas durante la Conferencia de Cereales clausurada recientemente en esta capital, informaron medios de prensa.
Asimismo, se decidió, por orientación del presidente Bashar al-Assad, comprarle el kilogramo de trigo a los agricultores a 2000 libras sirias, equivalente a 80 centavos en dólar, además de ofrecer sacos y combustible para el transporte desde los campos hasta los silos.
Las autoridades asignaron un presupuesto inicial equivalente a casi 200 millones de dólares para la compra de la cosecha.
Antes de la guerra en 2011, esta nación producía cantidades suficientes del cereal para su consumo y exportaba a otros países.
Sin embargo, la guerra afectó este cultivo y el Estado se vio obligado a importar de otras naciones, en particular Rusia, en medio de muchas dificultades resultantes del bloqueo económico y las sanciones por parte de Estados Unidos y aliados de Occidente.
Se destaca también el saqueo de este cultivo por parte de las fuerzas ocupantes estadounidenses en Hasakeh, la mayor provincia productora de cereales en el territorio nacional.
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