“Innumerables personas corren un riesgo extremo por ser ellas mismas”, dijo el alto funcionario de la administración de Joe Biden en una declaración a propósito del Día Internacional contra esas conductas lesivas para el ser humano.
Blinken reiteró el compromiso de “poner fin a esta intolerancia”, porque “todo el mundo merece vivir con respeto, dignidad y seguridad”.
Según advirtieron expertos, este año surgieron en numerosos estados rojos (color que identifica a los republicanos) leyes relativas a la enseñanza de la sexualidad humana en los planes de estudio; que prohíben a los estudiantes deportistas trans y que privan a los padres del derecho a ayudar a sus hijos con variaciones de género a obtener atención adecuada.
Las conservadores tratan de explotar algunos sentimientos contra la diversidad sexual como un camino electoralmente viable para la histeria anti-LGBTQ+, opinaron.
Una reciente ley anti-LGBTQ+ de Florida, que impide la enseñanza de la orientación sexual o la identidad de género en las escuelas entre el jardín de infancia y el tercer grado, se considera entre las más retrógradas del país.
La llamada ley «no digas gay», promulgada por el gobernador republicano Ron DeSantis (potencial candidato a la presidencia de Estados Unidos en 2024), podría invisibilizar la historia de esta población en el estado sureño, donde el 12 de junio de 2016 ocurrió la masacre en la discoteca gay Pulse.
El tiroteo en ese club de Orlando, que dejó 49 muertos y 53 heridos, es una de las peores matanzas en la historia nacional.
En mayo de 1990 la Organización Mundial de la Salud eliminó de la lista de enfermedades mentales la homosexualidad, para avanzar en la protección y respeto a derechos humanos de colectivos LGBTI.
Estadísticas de organismos internacionales arrojan que en 70 países del mundo las relaciones íntimas entre personas del mismo sexo están criminalizadas y en 11 se castiga con la pena de muerte.
rgh/dfm