La izquierda en el Gobierno, algunos de forma ponderada, otros verticalmente, y la derecha con cierre de filas a favor del exmonarca, entraron en un debate desde que se anunció la visita privada del emérito, la primera en dos años desde que se marchó a Abu Dabi, Emiratos Árabes Unidos.
Su corta estancia incluye su presencia entre amigos en una regata en la localidad gallega de Sanxenxo.
Luego, el lunes, se trasladará a Madrid para encontrarse con su hijo, el rey Felipe VI, y otros integrantes de la familia, según dio a conocer la Casa Real.
El propio lunes Juan Carlos retornará a Abu Dabi, donde «ha fijado su residencia de forma permanente y estable», un comentario subrayado por el Palacio de la Zarzuela para alejar fantasmas de que volverá a vivir a España.
Las controversias alrededor de la figura del emérito se enfocan en las tramas de corrupción que envolvieron su pasado reciente y también algunos asuntos poco edificantes con sus amantes, de acuerdo con fuentes concordantes de los medios locales.
Hace unos meses, la Fiscalía de España emitió un comunicado según el cual no encontró pruebas para llevar a Juan Carlos a juicio en razón de que la mayoría de sus infracciones financieras, que implicaban millones de euros en cuentas sin declarar, sucedieron cuando estaba bajo amparo de su inmunidad legal como rey de España, además de que otros posibles fraudes habían prescrito.
Sus detractores, incluido el popular programa de humor político El Intermedio, remarcaron el hecho de que el ente jurídico no lo exculpó de las acusaciones en contra el emérito, sino que admitió no poder procesarlo por las características antes mencionadas.
La derecha que encabeza el Partido Popular, su principal fuerza Ciudadanos y la agrupación ultra Vox, se alinean en defensa de Juan Carlos a partir de los enunciados de la Fiscalía.
Mientras, el Partido Socialista Obrero Español, Unidas Podemos y varias organizaciones de izquierda más pequeñas, señalan, como mínimo, que los delitos cometidos por el emérito son una vergüenza nacional que debe afrontar.
Sin embargo, los jueces dijeron que las investigaciones permitieron recuperar 5,1 millones de euros en multas e impuestos sobre los ingresos que Juan Carlos no había declarado a la Hacienda española, suficiente para los conservadores que indican no tiene temas pendientes.
Otra pesquisa denominada el caso suizo, abandonada por la jueza a cargo, sí apuntó a que el emérito, antes de abdicar como rey, en 2008 recibió 100 millones de dólares del Ministerio saudí de Finanzas, junto con otras partidas millonarias asociadas a su examante, la empresaria de nacionalidad alemana y danesa Corinna Larsen.
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