De los efectivos que depusieron las armas desde el 16 de mayo 80 estaban heridos y son atendidos en instalaciones médicas de las ciudades de Novoazovsk y Donetsk, en territorio liberado de las tropas de Kiev, indicó el portavoz del ente castrense ruso, Ígor Konashénkov.
El martes, la cartera rusa de Defensa dio a conocer el inicio de la salida de los nacionalistas del regimiento Azov y de los militares ucranianos bloqueados en la planta de Azovstal por más de dos semanas.
El 21 de abril, el presidente ruso, Vladimir Putin, ordenó a sus tropas la cancelación del asalto a Azovstal y el bloqueo de esa zona industrial, de la cual solo se permitiría salir a civiles, así como a militares que estuvieran de acuerdo con deponer las armas.
Rusia inició el pasado 24 de febrero una operación militar en Ucrania, luego que las autoridades de las autoproclamadas Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk le solicitaran ayuda para repeler el aumento de la agresión y los intensos bombardeos por parte de Kiev.
Antes, Moscú reconoció la independencia y soberanía de ambos territorios y firmó tratados de amistad, cooperación y asistencia mutua con sus líderes, los cuales incluyeron el establecimiento de relaciones diplomáticas y la ayuda militar.
En su discurso para informar sobre el comienzo del operativo, el mandatario ruso afirmó que el objetivo es proteger a la población de Donbass de los abusos y el genocidio de Kiev durante los últimos ocho años, además de “desmilitarizar” y “desnazificar” Ucrania.
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