Según el reporte del portavoz del ente castrense, mayor general Ígor Konashénkov, también la aviación rusa destruyó dos almacenes de combustible cerca de la ciudad de Odessa, cuatro puestos de mando y siete áreas de concentración de las tropas ucranianas.
Un caza Su-25 de las fuerzas enemigas fue derribado en un combate aéreo cerca del pueblo de Belítskoe, en Donbass, y otro, del mismo modelo, interceptado por la defensa aérea cerca de Novoaleksándrovka, en la provincia ucraniana de Jersón.
El alto oficial ruso indicó que la defensa aérea, por su parte, derribó 14 drones y ocho proyectiles de sistemas de lanzacohetes múltiples ucranianos.
Desde el inicio de la operación militar rusa en Ucrania, el pasado 24 de febrero, el ejército de este país destruyó 174 aviones, 125 helicópteros, 966 drones, 315 complejos de defensa antiaérea, además de tres mil 182 tanques y otros carros blindados.
Además, fueron eliminados 402 sistemas de lanzacohetes múltiples, mil 614 obuses y morteros y tres mil 54 vehículos militares especiales de Ucrania.
Rusia inició el pasado 24 de febrero una operación militar en Ucrania, luego que las autoridades de las autoproclamadas Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk le solicitaran ayuda para repeler el aumento de la agresión y los intensos bombardeos por parte de Kiev.
Antes, Moscú reconoció la independencia y soberanía de ambos territorios y firmó tratados de amistad, cooperación y asistencia mutua con sus líderes, los cuales incluyeron el establecimiento de relaciones diplomáticas y la ayuda militar.
En su discurso para informar sobre el comienzo del operativo, el presidente ruso, Vladimir Putin, afirmó que el objetivo es proteger a la población de Donbass de los abusos y el genocidio de Kiev durante los últimos ocho años, además de “desmilitarizar” y “desnazificar” Ucrania.
El Ministerio de Defensa ruso subrayó que los ataques no están dirigidos a la población ni a las ciudades ucranianas, sino contra las infraestructuras militares del país.
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