La nueva escalada tiene como trasfondo revelaciones de que el gobernante conservador se reunió con la funcionaria pública a cargo de la investigación independiente sobre el llamado ´partygate´, para discutir detalles del informe que debe salir a la luz la semana próxima.
Según la cadena Sky News, Johnson y Sue Gray habrían analizado el estado de la pesquisa que llevaba la Policía Metropolitana de forma paralela, y la conveniencia o no de publicar las fotos en su poder y nombrar a los infractores.
El opositor Partido Laborista de inmediato pidió explicaciones al gobierno sobre la “reunión secreta” y cuestionó la independencia del reporte.
Boris Johnson debe explicar cuanto antes por qué se reunió en secreto con Sue Gray para discutir el informe después de decir que la investigación era totalmente independiente, afirmó la número dos del laborismo británico, Angela Rayner, en un comunicado.
En opinión de la diputada opositora, la confianza del público en el proceso investigativo ya está bastante dañada, por lo que el reporte de la funcionaria debe ser publicado de forma íntegra, junto con todas las evidencias.
Las revelaciones sobre el encuentro entre Johnson y Gray llegaron horas después de que Scotland Yard dio por concluida este jueves su propia pesquisa de las fiestas ilegales que tuvieron lugar en Downing Street durante los confinamientos por la pandemia.
El cuerpo policial londinense informó que en los cuatro meses que duró la investigación se impusieron 126 multas a un total de 83 personas por infringir las reglas de distanciamiento social vigentes entre mayo de 2020 y abril de 2021.
Aunque los detectives no revelaron la identidad de los sancionados, en abril pasado se supo que Johnson fue de los primeros en ser multado, junto a su esposa Carrie y el ministro de Hacienda, Rishi Sunak, por participar en una fiesta de cumpleaños organizada en su honor.
El primer ministro británico también enfrenta otra investigación por parte del Comité de Privilegios del Parlamento para determinar si mintió de forma deliberada en diciembre pasado, cuando aseguró en el Parlamento que en su residencia oficial jamás se infringieron las normas impuestas por el gobierno para evitar la propagación de la Covid-19.
Según las reglas, cualquier ministro que a sabiendas engañe a la Cámara de los Comunes debe renunciar al cargo.
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