Según los analistas de esa empresa, los problemas en las cadenas de suministros y un mercado laboral ajustado presionan el alza de los precios, por lo que recortaron su perspectiva de crecimiento para la economía en 2022 y 2023.
En función de ello, el producto interno bruto podría crecer un 2,6 por ciento este año, un punto porcentual por debajo de las proyecciones compartidas a inicios de este año.
En una reunión con sus principales clientes, los economistas encabezados por Ethan Harris redujeron también la estimación de crecimiento para 2023 a 1,5 por ciento, frente al 1,8 por ciento anterior.
Por el contrario, mantuvieron su perspectiva de un aumento en el índice de precios de gastos básicos de consumo personal a 4 por ciento este año, pero elevaron su proyección para 2023 al 3 por ciento, desde el 2,6 por ciento.
Desde su perspectiva, el sobrecalentamiento severo en el mercado laboral estadounidense está ejerciendo una presión alcista sobre los salarios, lo que podría requerir que la Reserva Federal eleve la tasa de desempleo en 2023 y 2024.
“Somos cada vez más pesimistas respecto al próximo año, ya que los indicadores clave de inflación continúan dando señales de un componente persistente mayor y se mantiene el sobrecalentamiento severo del mercado laboral”, apuntaron los expertos.
En ese contexto, la Reserva Federal elevó las tasas de interés en medio punto este mes y señaló que llevará a cabo alzas de tasas similares en junio y julio.
El presidente del banco central, Jerome Powell, dijo esta semana que seguirán en aumento las tasas hasta que sea “claro y convincente” que la inflación está disminuyendo, advirtiendo que podría requerir un aumento en la tasa de desempleo.
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