Sobre el tema, la ministra de Relaciones Exteriores del istmo, Erika Mouynes, precisó que espera que en esa cita continúe la tradición de tener una alta representación de todos los países del continente, como la que hubo en la celebrada aquí en 2015, destaca la versión digital de La Estrella de Panamá.
La canciller recordó en sus declaraciones que el istmo fue sede de una histórica Cumbre de las Américas, a la que asistieron delegaciones de 35 países del continente, incluida Cuba, que asistió por primera vez a este encuentro, lo que generó el aplauso de la comunidad internacional.
En esa VII Cumbre de las Américas, «se dieron encuentros inéditos e icónicos», comentó en alusión al saludo entre los presidentes de Estados Unidos, Barack Obama y el de la Isla, Raúl Castro.
“Por eso Panamá apoya que se den nuevamente este tipo de momentos”, remarcó.
Para la diplomática es clave participar en la Cumbre; y en ese sentido espera que también lo hagan el resto de las naciones y que sean convocadas.
La próxima cumbre continental abordará temas como la necesidad de un plan sanitario de emergencia, pues la Covid-19 demostró que la región no está preparada para responder a estas situaciones de manera común.
Washington decidió excluir a Cuba, Nicaragua y Venezuela del evento bajo el argumento de que no respetan los derechos humanos.
La acción motivó críticas severas por parte de jefes de Estado y de Gobierno, líderes políticos y sociales, y organismos internacionales como la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños y la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América.
Para ese encuentro de junio también negaron los visados a los representantes de la sociedad civil de la nación caribeña que participarían en la Cumbre de los Pueblos por la Democracia, a efectuarse paralelamente a la reunión hemisférica convocada en Los Ángeles, California.
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