Los autores, pertenecientes a la Universidad de Oxford, Reino Unido, analizaron casi ocho mil nacimientos en el país entre 2000 y 2002, los siguieron durante casi tres lustros y tomaron en cuenta las diferencias en la posición socioeconómica así como el nivel de inteligencia de las madres que amamantaron a sus bebés y quiénes no. Comprobaron que las mayores duraciones de la lactancia materna estaban asociadas con índices verbales superiores en todas las edades hasta los 14 años y puntajes cognitivos espaciales más altos hasta los 11.
La media de estos grupos estuvo de 0,08 a 0,26 desviaciones estándar por arriba de aquellos sin recibir la leche del pecho de la madre, señaló el texto, que consideró pequeña la diferencia para un niño en particular, pero importante a nivel de la población.
En nuestro país las mujeres con altas calificaciones educativas y ventajas económicas tienden a amamantar por más tiempo, aseguraron los expertos, mientras advirtieron que incluso sucede igual con los pequeños de madres de bajo coeficiente intelectual que extienden ese periodo exclusivo.
El estudio concluyó que todavía debaten las causas, pero coincidió con hipótesis validadas con anterioridad que indicaron una asociación entre la lactancia materna y las puntuaciones de las pruebas de inteligencia estandarizadas.
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