Así lo confirma un nuevo estudio publicado en la revista Science en el cual los autores sugieren que el cambio también puede ser causa de alguna otra sustancia lo suficientemente caliente como para el agua corriente en el planeta rojo.
Para comprobar esta hipótesis, los investigadores, de la Universidad de Chicago, compararon diferentes simulaciones y vieron que al cambiar la cantidad de dióxido de carbono en la atmósfera no varió el resultado; es decir, la fuerza impulsora del proceso no parecía ser el CO2.
Según explicó el autor principal de la indagación, Edwin Kite, el dióxido de carbono es un fuerte gas de efecto invernadero, por lo que realmente fue el principal candidato para explicar la desecación de Marte; pero los resultados sugieren que no es tan simple.
Hay varias opciones alternativas, dijo, la nueva evidencia encaja muy bien con un escenario, sugerido en un estudio de 2021 donde una capa de nubes delgadas y heladas en lo alto de la atmósfera de Marte actúa como un invernadero de vidrio translúcido, atrapando el calor.
Otros científicos han sugerido que, si se liberó hidrógeno del interior del planeta, podría haber interactuado con el dióxido de carbono en la atmósfera para absorber la luz infrarroja y calentar Marte.
«Se han presentado diferentes ideas, pero no estamos seguros de qué causó que el clima cambiara tan drásticamente», dijo el científico geofísico de la Universidad de Chicago.
En 1972, imágenes de la misión Mariner 9 de la NASA que orbitaba alrededor de Marte, revelaron un paisaje lleno de lechos de ríos, evidencia de que el planeta alguna vez tuvo abundante agua líquida.
El planeta rojo no tiene placas tectónicas para mover y enterrar la roca con el tiempo, las huellas de los ríos antiguos aún se encuentran en la superficie y con ello el equipo de Kite analizaron mapas basados en miles de imágenes tomadas de órbita por satélites.
De esta forma y en función de qué pistas se superponen y su erosión, conformaron una línea de tiempo de cómo la actividad de los ríos cambió en elevación y latitud durante miles de millones de años.
Luego, pudieron combinar eso con simulaciones de diferentes condiciones climáticas y ver cuál coincidía mejor.
Buscaron así buscando condiciones que pudieran causar que el planeta se calentara lo suficiente como para que existiera al menos algo de agua líquida en los ríos durante más de mil millones de años, pero luego desapareciera abruptamente.
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