Los avances se vieron obstaculizados por los cierres, las interrupciones en las cadenas de suministro globales y el desvío de recursos fiscales para mantener asequibles los precios de los alimentos y el combustible, especialmente en los países más vulnerables y en los ya rezagados en el tema, señaló la entidad.
Casi 90 millones de personas en Asia y África que previamente obtuvieron acceso a la electricidad, no pueden ahora permitirse pagar sus necesidades energéticas básicas, agregó tras los resultados del seguimiento del Objetivo de Desarrollo Sostenible siete de las Naciones Unidas.
A nivel planetario, 733 millones de ciudadanos permanecen sin acceso a la energía y dos mil 400 millones de todavía cocinan con combustibles perjudiciales para su salud y el medio ambiente, remarcó la OMS.
Al ritmo actual de progreso, 670 millones de personas se mantendrán sin electricidad para 2030, 10 millones más de lo proyectado el año pasado, advirtió.
África -señaló- continúa como el continente con menos energía en el orbe con 568 millones de personas sin acceso a la electricidad.
La proporción de África subsahariana de la población planetaria sin energía aumentó al 77 por ciento en 2020 desde el 71 por ciento en 2018, mientras que la mayoría de las otras regiones vieron disminuciones en su proporción de déficit de acceso.
Si bien 70 millones de habitantes de la Tierra obtuvieron acceso a combustibles y tecnologías limpios para cocinar, este progreso no fue suficiente para seguir el ritmo del crecimiento de la población, particularmente en el África subsahariana, indicó el texto citado.
Confirmó que, a pesar de las continuas interrupciones en la actividad económica y las cadenas de suministro, la energía renovable fue la única fuente con crecimiento durante la pandemia.
Estas tendencias globales y regionales positivas en energía renovable, sin embargo, dejaron atrás a muchas naciones con mayor necesidad de electricidad, enfatizó la entidad sanitaria de las Naciones Unidas.
jha/znc