Según el reporte del ente castrense, golpearon además 131 puestos de mando, así como 146 baterías de artillería y morteros enemigos en posiciones de fuego.
En el último día, los cazas rusos derribaron un avión Su-25 de la Fuerza Aérea de Ucrania, mientras los sistemas de defensa antiaérea destruyeron siete drones en las regiones de Odesa, Járkov y en los territorios de las autoproclamadas repúblicas populares de Donetsk y Lugansk.
El alto oficial ruso detalló que la aviación de Moscú destruyó dos almacenes de municiones y combustible, además de tres sistemas de misiles Grad, uno Osa-AKM, y 15 puntos de agrupamiento de efectivos y material bélico ucranianos.
Konashénkov subrayó que las fuerzas de su país eliminaron a cientos de mercenarios extranjeros con armas de alta precisión de largo alcance, poco después de su llegada a Ucrania.
Aclaró que la mayoría de los mercenarios fueron eliminados en acciones combativas por su bajo nivel de entrenamiento y falta de experiencia.
El representante de la cartera de Defensa rusa advirtió que los intentos de emergencia del Gobierno de Kiev para garantizar la protección legal de los mercenarios, incluyéndolos en listas de unidades militares de las Fuerzas Armadas o de la Guardia Nacional, o entregándoles pasaportes nuevos de ciudadanos ucranianos, no salvarán a ninguno de ellos.
Rusia inició el pasado 24 de febrero una operación militar en Ucrania, luego que las autoridades de las autoproclamadas Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk le solicitaran ayuda para repeler el aumento de la agresión y los intensos bombardeos por parte de Kiev.
Antes, Moscú reconoció la independencia y soberanía de ambos territorios y firmó tratados de amistad, cooperación y asistencia mutua con sus líderes, los cuales incluyeron el establecimiento de relaciones diplomáticas y la ayuda militar.
En su discurso para informar sobre el comienzo del operativo, el presidente ruso, Vladimir Putin, afirmó que el objetivo es proteger a la población de Donbass de los abusos y el genocidio de Kiev durante los últimos ocho años, además de “desmilitarizar” y “desnazificar” Ucrania.
El Ministerio de Defensa ruso señaló que los ataques no están dirigidos a la población ni a las ciudades ucranianas, sino contra las infraestructuras militares del país.
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